Enfermedades mas frecuentes en el verano
Cuando el calor aumenta, aparecen ciertas enfermedades de las que debemos cuidarnos. Dentro de las más frecuentes encontramos:
Alergias y Picaduras
En verano hay más insectos, abejas, avispas, chinche… y es más probable que suframos sus picaduras que pueden provocarnos inflamaciones e incluso vómitos, mareos o fiebre. La prevención es sencilla, debemos usar repelentes de insectos cuando estamos fuera de casa y utilizar algún dispositivo repelente en el hogar para que los insectos no entren. Si nos han picado, lo mejor es desinfectar la herida con amoniaco o cremas especializadas sobre ellas. Si nos ha picado una avispa, antes habrá que quitar el aguijón para evitar que el veneno se extienda.
Quemaduras del sol
Las quemaduras de sol no son enfermedades, pero igualmente durante el verano, hay que tener mucha precaución y usar los protectores indicados para nuestro tipo de piel y edad. No exponerse mucho en las horas punta, entre las 11:00 y las 15:00 horas. Si esto pasa se enrojece la piel y, en grados más graves, hasta pueden producirse ampollas y ulceraciones.
Enfermedades gastrointestinales
Tomar agua contaminada, comer alimentos crudos y comer alimentos descompuestos por el calor nos puede causar problemas digestivos, intoxicaciones y deshidratación. Por eso, es muy importante cuidar lo que comemos, lavarnos bien las manos, tomar agua purificada y evitar comer alimentos de fácil descomposición. Estas intoxicaciones pueden causar diarreas, náuseas, vómitos… En ese caso hay que estar en reposo, tomar comidas suaves y acudir al médico. También debemos guardar los alimentos a buen recaudo para que los insectos o animales de compañía, que son focos de gérmenes, no puedan acceder a ellos.
Deshidratación
Puede afectar a personas de cualquier edad, pero hay que tener mayor cuidado con bebés y ancianos. Es necesario beber suficiente agua durante todo el día. El calor y la exposición solar hacen que perdamos mucha agua corporal, no solo debido al sudor, sino también con la micción o las heces. Hay que prevenir este tipo de incidentes y para ello lo mejor es beber líquidos de manera continuada, aunque no tengamos sed. Entre un litro y medio y dos litros al día.
Pie de atleta / Hongos
El calor y la humedad en pozas, albercas y en regaderas pueden causar hongos. Es recomendable usar calzado adecuado y secarse bien los pies. El verano es una estación propicia para que caminemos descalzos, propiciando coger una infección por otras personas que ya la tiene. Para prevenirlos es mejor ponerse unas chanclas para andar por zonas húmedas. Si nos contagiamos, deberemos comprar alguna crema antifúngica en la farmacia para controlar la infección.
Cistitis
El calor y la humedad guardada en nuestra ropa interior son los principales causantes de las infecciones urinarias. Tener buena higiene íntima nos ayudará a evitar estas infecciones. Una vez contraída la cistitis, hay que beber mucha agua para orinar de manera frecuente y acudir al médico para realizar análisis para que nos receten un antibiótico y hacer así desaparecer la infección por completo.
Otitis
Se produce cuando, después del baño en una piscina o en el mar, nos queda agua en el oído. Si el agua está contaminada por bacterias nos puede provocar una infección en el oído. Para prevenir la aparición de esta infección, debemos evitar sumergirnos en el agua de manera continua o utilizar tapones para los oídos. Además, después del baño conviene limpiarnos los oídos y secarnos bien. Si ya hemos contraído esta enfermedad, lo mejor es no mojar el oído y tomar analgésicos para reducir el dolor que produce la otitis.
La MEGADOSIS DE VITAMINA C ayuda a prevenir enfermedades infecciosas ya que “aumenta el sistema inmunológico”, combatiendo agentes que puedan dañar nuestro cuerpo, además, en lo que respecta a la piel, la vitamina C es necesaria para la producción de colágeno. El colágeno es la proteína más abundante en la piel (70%) y su función es asegurar el grosor de la dermis y mantener tersa la piel aportando resistencia y flexibilidad a los tejidos en forma de fibras, también la vitamina C unifica el tono de la piel dotándola de luminosidad y ayuda a combatir los radicales libres producidos por la exposición solar, algo especialmente necesario durante los meses de verano. Asimismo, la vitamina C ayuda también a fortalecer y hacer crecer el cabello, a la absorción de hierro, evitar enfermedades oftalmológicas, ayuda contra los síntomas de enfermedades musculo esqueléticas.