Adiós al acné con hemoterapias

¿Imaginas que tu propia sangre pueda servir para acabar con un problema tan complejo? La respuesta es sí y aunque parezca increíble, se trata de un procedimiento al alcance de todos los bolsillos.

Vendría a ser algo así como un reingreso saludable, ya que la hemoterapia es una técnica sencilla que consiste en extraer sangre de una vena y inyectarla en un músculo, estimulando así un aumento  considerable de los macrófagos que son, digámoslo así, algo como la “empresa de limpieza municipal” del organismo.

Los macrófagos llevan a cabo un trabajo eficiente, limpiando las  impurezas del rostro que se acumulan, provocando acné y otras enfermedades típicas de la piel. Cabe recordar que el aumento en la producción de macrófagos por la médula ósea se produce porque la sangre en el músculo funciona como un cuerpo extraño para ser rechazado por el Sistema Reticulo-endotelial (RES). Mientras hay sangre en el músculo, se está activando el Sistema Reticulo-endotelial. La activación máxima sólo finaliza al cabo de cinco días.

Se recomienda que en paralelo al tratamiento, el paciente lleve una higiene facial adecuada, ya que se trata del complemento perfecto y de esta manera, optimizar resultados.

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